El estudio de Arquitectura Lizarriturry Tuneu fue el encargado de realizar la rehabilitación como vivienda
de un viejo molino situado en la región del Empordá.
Respetando el estilo de las
construcciones de la zona, los objetivos de la reforma fueron conseguir amplios
espacios con mucha luminosidad.
Para la decoración se apostó por
el uso del color blanco combinándolo con tonos grises y piedra, consiguiendo
unos ambientes serenos y armoniosos.
La cocina se convierte en un
espacio vital de la casa, y aunque de inspiración tradicional en ella se
incluyen elementos técnicos y de cocción más modernos.
El dormitorio principal es un
amplio espacio, en donde se refuerza la luminosidad con el uso del color blanco
en su decoración.
Todo ello está rodeado de un
magnifico jardín con piscina, que hace la delicia de niños y mayores.
¿Os ha gustado la rehabilitación
de este viejo molino?
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